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Carlos Semprún Maura

Mucho ruido y pocas nueces

En Francia se considera a los terroristas narcotraficantes de las FARC unos guerrilleros marxistas y, por lo tanto, progresistas, mientras que Álvaro Uribe, acusado de ser "amigo de los Estados Unidos", sólo puede ser un facha.

En realidad es mucho peor, porque en esta farsa de los rehenes todas las nueces se las han llevado las FARC, con Hugo Chávez desempeñando el papel de bueno, Álvaro Uribe el de malo y el Gobierno francés, y sobre todo los medios, el de tontos útiles (para las FARC). Se necesita haber vivido muchos años en París para no extrañarse siquiera ante la imbecilidad y mala fe de las autoridades francesas y de la prensa, criticando a Uribe y acusándole de ser el culpable de todo, cuando se trata de uno de los pocos jefes de Estado decentes de toda América Latina.

Yo, en cambio, me pregunto –y me limito a eso, porque no conozco suficientemente la situación colombiana ni la relación de fuerzas militares– por qué Uribe no lanza una ofensiva militar generalizada para liquidar de una vez a las FARC. Habría muchos muertos, desde luego, pero ya los hay. En diversas ocasiones, y en diferentes periódicos, he leído que en Colombia se mata, cada año,  a entre 30.000 y 50.000 personas. Da escalofríos. Liquidar a las FARC sería salvar muchas vidas en el futuro.

Mientras tanto, el Gobierno y el presidente de Francia han hecho el ridículo. Sarkozy recibió con gran pompa a Hugo Chávez y sus "buenas noticias", se dirigió personalmente a Tirofijo, el jefe de las FARC, como si de un jefe de Gobierno se tratara, declaró que la liberación de Ingrid Betancourt constituía una prioridad... y nada. Ya Dominique de Villepin, cuando era primer ministro, envió ilegalmente un avión para recoger a Betancourt a Brasil, cerca de la frontera colombiana, y fue otro chasco. Pero en Francia se considera a los terroristas narcotraficantes de las FARC unos guerrilleros marxistas y, por lo tanto, progresistas, mientras que Álvaro Uribe, acusado de ser "amigo de los Estados Unidos", sólo puede ser un facha.

Otra historia sucia y confusa es la del Arca de Zoé. Condenados en el Chad a ocho años de trabajos forzados por rapto y tráfico de niños, han sido repatriados a Francia, donde siguen encarcelados. Apuesto a que no cumplirán los ocho años por motivos de salud o lo que se inventen; seguro se les irá liberando. Mejor para ellos, qué duda cabe, pero eso no quita que el comprar en el Chad niños supuestamente huérfanos de Darfur para luego venderlos en Francia sea una canallada. Porque la verdad es que en el Chad han pagado por esos 103 niños, y las familias que iban a acogerlos en Francia, con la intención de adoptarlos, si no han pagado ya iban a hacerlo. Nauseabundo. Pero así son las ONG.

Pasando a cosas triviales de la vida cotidiana, desde hoy, 2 de enero de 2008, no pisaré nunca más un café, restaurante, bar o discoteca francés porque han prohibido fumar en ellos. Esta agresión a la libertad individual está levantando ampollas, pero me temo que no será suficiente.

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